¿Cómo te afecta la factura electrónica? Ley crea y crece
Madrid Network organizó con SPE Asesoría la jornada informativa “¿Cómo te afecta la factura electrónica?. Ley Crea y Crece”, en la que se abordaron las novedades legislativas sobre la futura aplicación de la factura electrónica y las medidas para favorecer el crecimiento de las empresas.
La directora de Relaciones Institucionales de Madrid Network introdujo la jornada, destacando el impacto que puede tener para el mundo empresarial de las pymes la Ley “Crea y Crece” con la implantación de la facturación electrónica, que empezará a ser obligatoria para la contratación entre empresas.
En la jornada participaron Rafael Pelegrina Villar, asociado de Madrid Network y socio director de SPE Asesoría, y Roger Dobaño, CEO de Quipu.
Rafael Pelegrina realizó un breve recorrido por una ley que puede favorecer el crecimiento empresarial evitando la morosidad y favorecer que los inversores tengan más incentivos. También repasó algunas de las medidas que favorecen la creación de empresas y startups, al amparo de la Ley de Startups, de las que recordó las mejoras de las vías de financiación para promover el crecimiento empresarial, el crowdfunding, la inversión colectiva y el capital riesgo de la nueva norma.
Roger Dobaño, por su parte, explicó los aspectos más relevantes de la factura electrónica desde su experiencia como creador de una plataforma de software, Quipu, que ayuda a empresas y autónomos a centralizar las facturas, gastos, presupuestos y cuentas bancarias. Con la Ley “Crea y Crece” se obliga a la implantación de la factura electrónica, lo que está muy orientado a luchar contra la morosidad, considerada como un importante freno al crecimiento económico.
La Ley se publicó en el BOE en septiembre de 2022, y próximamente se publicará el reglamento. Los plazos para la implementación de la factura electrónica serán de un año para las organizaciones que facturan más de 8 M€ al año, y de dos años para el resto de organizaciones y autónomos, contados a partir de la publicación del reglamento.
La factura electrónica tiene por objetivos: luchar contra la morosidad; solucionar el abuso de plazos de pago; aliviar la tensión de tesorería, para que no frene el crecimiento; y limitar a 60 días el plazo máximo de pago, para lo que se obligará a incluir la fecha de vencimiento en la factura electrónica.
También aprovechó para apuntar que este mecanismo no será un control fiscal, ni cambiará la normativa fiscal, ni las obligaciones y que la Administración Pública no ejercerá su control.
A continuación, aprovechó para explicar la operativa de la factura electrónica, emisión de factura, recepción de factura con acuse de recibo, aceptación o rechazo, y una vez se acepte empezará la obligatoriedad de lo estipulado en la Ley. Será una de las dos partes la que notificará la realización del pago de forma telemática a la Administración Pública.
Anualmente será preciso dar la información del estado de los pagos al observatorio de la morosidad, que dará visibilidad a los impagos. Añadió que las empresas morosas quedarán excluidas de ayudas y subvenciones públicas.
También expuso que en el contexto europeo se está impulsando la aplicación de la factura electrónica, y se prevé promulgar una normativa europea que promueva la aplicación en toda la Unión Europea y que se prevé que esté implantada en 2028.
Entre los aspectos mejorables identificó la problemática con la que la factura electrónica se encontrará, la de la conectividad, ya que hay zonas del territorio con una cobertura deficiente. Además el acceso de todos los obligados a la tecnología, no resulta una cuestión tan obvia. Por eso, considera que mientras estas cuestiones no se resuelvan, la factura, aunque sea obligatoria, su uso no está garantizado.
La jornada finalizó con un breve turno de preguntas y con la afirmación de Rafael Pelegrina, en la que remarcó que este es un cambio de paradigma, tanto para el fabricante de software, el asesor y la empresa, pues se producirá una optimización de los recursos y una mayor recaudación de Hacienda, algo que era difícil de prever.